Reflejando eso que no se ve, Seth Rogen encarna a Matt Remick, un ejecutivo algo pringado que se convierte en el director de Continental Studios. Ciertamente con una cultura sobre el arte del entretenimiento muy extensa y con la misión de realizar películas "de verdad" y no las sagas de héroes o reinterpretaciones de una película al modo Scream, Remick, rápidamente ve que lo que importa no es la calidad, si no las superventas.
De la mano de Ike Barinholtz como Sal, Kathryn Hahn como Maya, Chase Sui Wonders como Quinn y el fichaje estrella de Catherine O'Hara como Patty, la serie con vis cómica, un enorme satirismo y al estilo de CSI; en cada episodio nos cuenta las peripecias del equipo para llevar a Continental a lo más alto.
Durante sus 10 episodios, The Studio cuenta con multitud de estrellas invitadas que se representan a sí mismos reflejando como puede llegar a ser la codicia y la competición en el cine, obviamente de una forma exagerada como refleja la actuación de Zöe Kravitz en el episodio 8. Cada episodio, aunque con un hilo conductor, da riqueza a la serie asemejándose a una sitcom lo que hace que gane mucho. Por otro lado, sus entornos, colores y el juego con el plano secuencia (sobre todo en el episodio 2, el cual es una maravilla), ayuda a hacerla más versátil como en el episodio 4 ambientándose cual serie de detectives.
Un Seth Rogen brillante que hace que nos olvidemos de ese lado gamberro y absurdo de sus principios, se ve rodeado de una magnífica Catherine O'Hara que deslumbra con sus actuaciones dejándonos el mensaje de que ella siempre es reina en la comedia; además Ike Barinholtz (hasta ahora para mí desconocido) borda su papel de inútil, pero despreciable y como no hablar de la chavacana y graciosísima Maya interpretada por Kathryn Hahn.
Todo en definitiva crea una serie de comedia que ha causado furor, que ha sido muy bien recibida y que acaba de recibir hoy ni más ni menos que 14 nominaciones a los Emmy.
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