
La serie que dura ocho episodios, relata el caso de la familia Barnett tras la adopción de Natalia Grace, una niña ucraniana con un extraño enanismo que no parece ser quien es. El caso, que copó todos los artículos de prensa sensacionalista de Estados Unidos en 2019, ha sido carne de cañón para documentales y recopilaciones, pero hasta ahora no había sido llevado a la pequeña pantalla.
Una charla sobre la infancia y una detención, ese es el comienzo de la serie, un inicio abrupto con el que intenta captar la atención del espectador para el relato que sigue. Durante el primer episodio vemos como los Barnett tras una adopción que no sale como quieren, adoptan a Natalia Grace, una niña con un enanismo extraño que tiene un comportamiento fuera de lo normal, errático y ha sido devuelta por la anterior familia al centro de adopción.
Siguiendo situaciones que a Murphy le encantarían con comportamientos siniestros, la serie observa desde los ojos de los Barnett, la situación de estos con la niña en casa, de quien dudan que tenga 7 años y creen que en realidad es adulta.
Actuando en diversos planos temporales, la historia es relata según diferentes puntos de vista, el de los Barnett y el de Natalia. En secuencias de flashbacks, relatos y actualidad, la historia intenta armar espejos en los que veamos según qué protagonista, una historia u otra. Haciéndonos preguntar: ¿es en realidad Natalia una estafadora o Kristine Barnett una fachada afable de una mala persona? Tras giros de guion, que pueden incluso confundir al espectador, navegamos en los recuerdos de los Barnett y Natalia que en realidad están relatando a la policía.
Una buena familia americana navega por tanto en un tsunami dramático inconcluso, un culebrón sin final ya que como detallan, la segunda familia de acogida de Natalia al final dijeron que ella había presentado malos comportamientos y actualmente habían sido denunciados por maltratos. Jugando con ello, la serie también nos deja la incógnita de si Natalia es buena o no, aunque en mi opinión y sin queriendo contaminar a nadie, no lo es.
La miniserie contaba con el reclamo de Ellen Pompeo como Kristine Barnett, quien tras 20 años protagonizando Anatomía de Grey, se embarcaba en otro proyecto como protagonista. La actriz cuya vida privada gira en rededor al drama médico de Shonda Rimes, ha sabido despegarse y hacer una de sus actuaciones más celebradas, una Pompeo completamente distinta. Cabe decir que para aquellos que ya abandonamos Anatomía de Grey hace mucho, no ha sido complicado verla en un papel distinto, y más con su cambio físico. Pompeo en la serie ha sido acompañada por Mark Duplass, conocido por The Morning Show, realizando al final el mismo papel de hombre algo estúpido sin muchas neuronas, el del patriarca Barnett, Michael.
Además, la serie nos introduce a la actriz Imogen Faith Reid, la actriz de 27 años que encarna a Natalia Grace, convirtiéndose en una revelación, aunque ha sido eclipsada por Pompeo. Por otro lado cabe destacar a Dulé Hill que interpreta al detective del caso y a Christina Hendricks, que después de Mad Men no había vuelto a interpretar un papel en un drama llamativa, salvo la comedia Good Girls.
La serie, a menos de dos días para las nominaciones a los Emmy, podría conseguir dos nominaciones gracias a Pompeo y a Faith Reid... pero ¿podrán colarse en las listas?
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