En la que es una de las temporadas cinematográficas más excitantes de lo que llevamos de década y diría de milenio, llega Cónclave, la nueva película del alemán Edward Berger, afamado por "Sin novedad en el frente". Sumergiendo al espectador en un thriller lento, pero sin descanso que te mantiene inmerso en los secretos de patio papales, previos y durante un cónclave, Berger consigue no despegar al espectador de la butaca hasta que llegan los créditos.
El filme, que nos introduce en la preparación de un cónclave tras el fallecimiento del papa por un infarto; navega entre los entresijos del cónclave, que entre secretos, ambición de fama y poder y pleitesía al anterior papa, presenta el combate cardenalicio para la instauración en el trono católico del futuro papa.
El drama, que podría fácilmente pecar de giros constantes y fáciles de ver como "Ángeles y demonios", juega con la pausa, el suspende en todo momento para con leves giros en la trama enganchar al espectador. No antes, una película de tinte religioso me había enganchado tanto, ni un momento pude despegar la mirada de la gran pantalla.
Partimos de la base de una trama incesantemente misteriosa y oscura que envuelve al espectador con las primera imágenes y el sonido, un maravilloso trabajo de sonido y dirección de fotografía. Necesito destacar la imagen de como se cierra con llave el dormitorio del papa tras su muerte y el riguroso proceso que se tiene que llevar a cabo para ello; además de, la solemnidad, tensión y misticismo constantes de las escenas dentro del cónclave.
Otra de las cosas a destacar es que esta producción ha tenido que recrear la capilla sixtina en un estudio cinematográfico ya que, como todos conocemos, El Vaticano sigue siendo reticente a la grabación de cine en su interior. El trabajo de construcción es de todo menos burdo, una recreación a la perfección que lo hace todo más real.
Cabe destacar también la impresionante actuación de Ralph Fiennes, el afamado actor británico brilla en su papel protagónico, comedido, pero de suma importancia que lucha ya por el Oscar, habiendo conseguido tras 28 años su tercera nominación al Oscar. Mención especial se debe hacer a Stanley Tucci que borda su rol cardenalicio y a Isabella Rossellini, la musa italiana que con un pequeño papel ha conseguido brillar en la pantalla y hacerse con su primera nominación al Oscar. También es destacable John Lithgow, a quien se ha visto en mejores actuaciones, pero que también consigue destacar.
La película, que acaba de ganar el SAG Award a Mejor Reparto en Película Drama y el BAFTA a Mejor Película, se bate en una contienda con The Brutalist por el Oscar a Mejor Película. Además, se bate por la categoría de Mejor Actor para Fiennes, Mejor Actriz de Reparto para Rossellini, Mejor Guion Adapatado, Mejor Banda Sonora, Mejor Montaje, Mejor Diseño de Producción y Mejor Diseño de Vestuario.
Comentarios
Publicar un comentario