La química en la pantalla entre actores en muchas ocasiones no es fácil de conseguir, pero desde el primer mmento que vemos a Linda Cardellini y Christina Applegate juntas en la serie, cantamos ¡Vaya química!
Y es que la química entre estas dos actrices que se conocieron una semana antes de comenzar el rodaje de la serie, es lo que hace que te enganches a la ficción, una buena sintonía entre la pareja protagónica es la que ayuda fuertemente a su éxito.
La comedia negra parece una apuesta segura en este 2019 para Netflix como ya vimos con Russian Doll, Dead to Me es el estreno revelación de la primavera de este año, es una de esas series en que la comedia se torna perfectamente a través de gags con el significado en sí de la serie, la batalla a librar contra el dolor por una pérdida.
Jen y Judy son dos mujeres que superan los cuarenta y que desarrollan una amistad tras conocerse en un grupo de apoyo tras sufrir una pérdida importante. Desde el primer episodio y sus giros en la trama, la ficción hace que queramos devorar los 10 episodios del tirón, solo cinco horas de día para atender a un espectacular desenlace y un buenísimo nudo. Este desarrollo de la amistad entre estas dos mujeres y su expectación deja a un lado la trama la cual se resuelve desde el primer episodio, eso es lo que ayuda a que enganche, ya que no es el resolver lo ocurrido lo principal, sino saber como se llega a ello y como evolucionan ellas dos con el sentimiento de culpa, el arrepentimiento, el dolor, la ira y la amistad.
Con dos protagonistas de alto reconocimiento que bordan su papel y nos provocan sentimientos encontrados y contrarios a lo que solemos sentir cuando vemos un caso parecido en la realidad y las actuaciones de actores invitados como Steve Howey (Shameless), o secundarios como Valerie Mahaffey (Mujeres desesperadas) y James Marsden (27 vestidos), se consigue una serie de lo más excepcional, un triunfo para la plataforma que seguro que pide una segunda temporada.
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