American Horror Story, es una serie que triunfa en Estados Unidos desde comienzos de la década, mayormente en 2011, y desde su estreno ha ido manteniendo a su audiencia en vilo y sorpresa en cada trama distinta que rodea a cada temporada.
El martes 5, en FX, se estrenó el primer episodio de la séptima temporada de la serie, la única temporada hasta el momento que no contiene elementos sobrenaturales, y la cual se basa en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos.
El primer episodio, o episodio piloto de esta temporada, nos deja un buen sabor en boca con intriga, miedo y alegría.
Aun no teniendo elementos sobrenaturales, el episodio ha sido mucho más terrorífico que alguna temporada anterior y todo en el mismo paquete, terror psicológico.
Sí, podíamos creer que al no haber elementos paranormales en la trama no iba a ser lo mismo, pero no equivocábamos, es mucho mejor, el miedo verdadero es el psicológico, algo que plasma perfectamente la trama con las fobias, la paranoia, la situación política y social mundial y con las propias personas.
La paranoia, la obsesión, el miedo, la preocupación son las bases de esta nueva temporada, que es bien representada por Sarah Paulson, quien lo hace genial, Evan Peters con un papel muy diferente al que nos tiene acostumbrados, Billie Lourd, Allison Pill y Cheyenne Jackson entre otros.
Alley, es una mujer estadounidense y lesbiana que se ve horrorizada al saber que Trummp gana las elecciones, algo que empeora su salud, al verse de nuevo horrorizada por diferentes fobias como la clourfobia. A la vez, en el pueblo donde viven, comienzan a merodear asesinos sangrientos disfrazados de payasos.
Ese es el comienzo de esta nueva temporada, que promete acabar en buen cauce y que primera vista, es de las buenas de la serie.
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