Uno de los grandes éxitos de la temporada, la película de Baumbach con Netflix, el drama desgarrador del matrimonio, la enfermedad del amor y la ruptura.
Una sucesión de imágenes de la vida de una familia y dos textos románticos son el principio del largometraje que nos muestra la cara más bonita y adorable de una familia, de una pareja, pero que de repente nos abandona para mostrarnos la cara amarga del fin de esta, el divorcio.
Baumbach nos introduce de lleno con una imagen cortante en la sepración del matrimonio formado por Charlie y Nicole, ya no solo porque se dice con el mediador de la pareja, sino que la colocación de los protagonistas, sentados en sillons distintos y separados nos introducen de lleno en la ruptura, utilizando un idioma no verbal, el director consigue llevarnos al reflejo de lo que es la situación.
La relación entre la pareja en proceso de separación anda bien mientras intentan llevar una ruptura tranquila y sin mediadores, sintiendo los dos lo mismo y sobre todo hacia su hijo; todo esto cambia cuando introducen a abogados para representarlos, cuando la película da el giro dramático y comienza el verdadero drama y desgarro emocional, cuando el matrimonio refleja lo más odiado el uno del otro y no encauzan e camino a la separación en buenos términos, sino al más cruda.
Fabulosa crítica de Baumbach hacia los abogados, a la codicia y los fríos y manipuladores que pueden llegar a ser algunos de ellos para llevarse su provecho y aumentar su orgullo, ya no solo la cuestión de la separación, sino el orgullo, la rivalidad y competencia que estos tienen y dan a la pareja.
Esto lo plasma estupendamente en Nora Farnshaw, el personaje interpretado por Laura Dern que es sensacional; una mujer fría, orgullosa, codiciosa y calculadora, cada paso que da en aras del divorcio en más enrevesado y finamente aterciopelado para esconder su verdadero fin, el mero provecho y el orgullo frente a los demás abogados. Laura Dern ha hecho uno de los papeles de su vida con esta maravilla de interpretación donde otorga al papel un criterio especial, un toque de gracia que la hace única y no solo por el guión que le otorga Baumbach con ese monólogo sobre la historia de los matrimnios y esa crítica hacia como en la historia se ha encauzado a la mujer como la cuidadora de niños, quien es la responsable de estos nada más, a través del personaje de la Virgen María, sino por ese toque chulesco, cercano y egoísta que ha sabido darle y que le da la capacidad de triunfar por si solo al personaje; obvio que reciba todos los premios que recibe.
Muchos son los que resaltan el papel de los protagonistas, Scarlett Johansson le traslada naturalidad al personaje de Nicole que ayuda a que este fluya a lo largo de la historia sin ser un mero reflejo de la mujer de la pareja como demuestra cuando le explica a Nora su situación, dándole consideración y veracidad; Adam Driver en mi opinión mejor que Johansson sabe llevarnos a ese lado íntimo que muchos hombres no demuestran, la fragilidad, el llanto, la dureza que demuestra con sus gestos y sus textos rompe todos los esquemas en esa gran pelea del matrimonio cargada de fuerza que demuetsra la valía de Driver, quien se sale en la película. Pero, para mi, quien se sale, quien no puede faltar y quien ayuda a que la historia coja la forma necesaria es el personaje de Nora, Dern se sale en su papel y creo que es la gran estrella en cuanto a interpretación que brilla; además quiero destacar la actuación de Merrit Wever, la actriz de Nurse Jackie es quien da un toque cómico a este melodrama, quien consigue sacar la sonrisa en medio de la tensión y quien demuestra que no siempre el drama debe ser solo drama.
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